Feliz cumpleaños Odiseus Elitys, poeta de antiguo aliento, portador de palabras divinas, por tí, nunca nos olvidamos de Ítaca:
Del Egeo
I
El amor
El archipiélago
Y la proa de sus espumas
Y las gaviotas de sus sueños
En la vela más alta el marinero hace ondear
Una canción
El amor
Su canción
Y los horizontes de su viaje
Y el eco de su nostalgia
En la roca más mojada la novia espera
Un barco
El amor
Su barco
y la despreocupación por sus vientos etesios
Y el foque de su esperanza
En su más suave oleaje una isla acuna
La llegada.
II
Juguetes las aguas
En los sombríos vados
Anuncian con sus besos el alba
Que despunta
Horizonte –
Y las palomas torcaces un eco
Hacen resonar en su cueva
Despertar azul en la fuente
Del día
Sol-
Da el mistral la vela
Al mar
Las caricias de los cabellos
A la indolencia de su sueño
Relente –
Una ola en la luz
Hace renacer los ojos
Donde la Vida boga hacia
La contemplación
Vida-
III
Murmullo beso en su arena acariciada – Amor
Su libertad azul la gaviota
Entrega al horizonte
Olas vienen y van
Espumosa respuesta en los oídos de las caracolas
¿Quién se llevó a la muchacha rubia y quemada por el sol?
La brisa con su soplo transparente
Inclina la vela del sueño
A lo lejos
Amor su promesa murmura – Bisbiseos.
De “Orientaciones”
Melancolía del Egeo
¡Qué coherencia del alma en los alciones de la tarde!
¡Qué calma en las voces de la tierra lejana!
El cuclillo en el pañuelo de los árboles
Y el místico instante de la cena de los pescadores
Y el mar que toca la armónica
La lejana pena de la mujer
De la bella que desnudó sus pechos
Cuando el recuerdo entró en los nidos
Y las lilas regaron con fuego el poniente.
Con el caique y las velas de la Virgen
Partieron rumbo al viento
Los amantes de la extranjería de los lirios
Pero cómo la noche arrulló aquí el sueño
Con vaporosos cabellos sobre cuellos traslúcidos
O en vastos y blancos litorales
Y cómo la áurea espada de Orión
Vertió y esparció en lo alto
El polvo de los sueños de muchachas
Que olían a menta y albahaca.
En la encrucijada donde se detuvo la antigua maga
Quemando los vientos con tomillo seco
Las esbeltas sombras pasaron levemente
Con un cántaro de agua silenciosa en la mano
Con toda facilidad como si entraran al paraíso
Y de la oración de los grillos que cubrió de espuma los campos
Asomaron las bellas de piel lunar
Para danzar en la era de la medianoche…
Oh señales que pasáis por el fondo
Del agua que sostiene un espejo
Siete nardos resplandecientes
Cuando regrese la espada de Orión
Hallará pobre pan bajo la lámpara
Pero un alma en el rescoldo de los astros
Hallará grandes manos ramificadas hacia el infinito
Algas solitarias últimos retoños del mar
Años verde pedrería
¡Oh verde gema –qué adivino de tormentas te vio
Detener la luz en el nacimiento del día
La luz en el nacimiento de los dos ojos del mundo!
«La isla desierta»
Abril, marzo se os saluda
y tú Cuaresma chiquita
Pongo proa pongo ruta
voy en busca de una isla
que en el mapa no figura
En el aire cuatro aves
de oro la tienen en vilo
En aquel lugar no sabes
de ladrones ni asesinos,
ni de padre ni de madre
Las flores crecen granadas
tres brazadas cada noche
Son sus costas sombreadas
los árboles en sus bordes
cual cangrejos se encaraman
De la soledad en la brisa
todo es santo permanente
Tocas la mano divina
y cual paloma silvestre
en las olas te reclinas
Adiós odio adiós inquinas,
terquedad de cada uno
Si ves la desierta isla
todo lo demás es humo
Basta una vez en la vida.