Hoy cumple años Fernando de Rojas, para honrar su memoria y solazarnos en sus letras, Cisterna de Sol pone a disposición el texto íntegro, desde luego con material adicional para pasar estos tiempos en la mejor compañía.
En su natalicio, Cisterna de Sol ofrece las mejores obras de Louise M. Alcott para su goce y disfrute.
En en el natalicio de Louise M. Alcott, Cisterna de Sol ofrece este homenaje que nos trae la literatura por la que muchos comenzamos a andar en el mundo de las letras. Por encontrarse en dominio público, ofrecemos para su libre descarga, algunas de sus obras más celebradas. Que ustedes la disfruten:
-Heine dijo que en los países donde se comienza quemando libros se termina quemando personas, el nazismo es la prueba de que así es. La nueva historia universal de la destrucción de los libros es una investigación profunda, erudita que, sin embargo, se lee como una novela – de terror, desde luego – que hace una revisión sobre la incuria, el odio y el desdén por el libro y la cultura.
Se trata de un paseo por la historia de la humanidad, tanto a través de lo que hemos logrado como a través de aquello que hemos perdido irremisiblemente; de muchas maneras se trata de un imaginario gigantesco, una sombra de las ideas y las expresiones perdidas y una demostración de que la violencia, por lo general, es la hermana de la estupidez.
No hay pueblo ni cultura que se salve, quemar y destruir, olvidar y postergar, son prácticas por las que buscamos negar el pasado creyendo que eso es suficiente para hacer que no haya existido; pero el hombre es un animal de memoria, somos lo que recordamos y la manera en que lo reconstruimos; somos cuanto han sido todos los que nos precedieron.
Claro que es un libro doloroso, terriblemente doloroso, pero también es un canto a la pervivencia de la cultura, a la fuerza de la vida y la necedad implacable del conocimiento.
Un libro que debe leerse con papel y lápiz a la mano, de entre los autores que han sido quemados se descubren restos de su obra que no pueden pasar desapercibidos.
Hace apenas unos días celebrábamos un aniversario más del nacimiento de Honoré de Balzac, gigante enorme, monstruo de la literatura; observador agudo y escritor hecho de esfuerzo y de genio. En estos días, de la experiencia lectora, me reencuentro con Balzac, con un pequeño tratado dentro de su ciclo «Patología de la Vida social», parte de la Comedia Humana; he vuelto a experimentar la emoción y el agrado de la primera vez que leí a Balzac hace ya sus buenos treinta años.
El tratado de la vida elegante es un análisis de la riqueza, de la desigualdad y también del espíritu artístico, una inquisición sobre el estilo, sobre su carencia y su exceso; pero sobre todo, es una muestra de la cualidad de observación del maestro, de su capacidad de disectar el mundo, la sociedad y sus personajes. Desde el obrero hasta el noble, Balzac desliza su pluma para describir el modelo ideal de la vida desocupada, dada al ocio creativo, a la vida de artista.
Sin embargo, en este pequeño volumen, editado con gracia y arte por Impedimenta, Balzac se descubre y enfrenta el mayor problema de su propia identidad, su sueño de ser alguien en la sociedad, de pertenecer al gran mundo, de olvidar sus orígenes pequeño burgueses y poder, más allá de la justicia, utilizar la partícula «de» que interpuso entre su nombre y su apellido, ser más que Honoré Balzac para ser en realidad, Honoré de Balzac.
Los clásicos suelen ahuyentar a los lectores desapercibidos; no se deje impresionar, al contrario, si algo tiene la literatura balzaciana es su capacidad de divertir, de entretener y de conmover. Ataque este libro, disfrute con fruición y agrado, no por nada la introducción a la célebre «Fisiología del gusto» de Breillat-Savarin es precisamente, obra de Balzac.
El problema de los autores clásicos es que nuestros malos hábitos culturales suelen alejarlos de las mesas de lecturas; durante años los aguardamos como obligaciones que no podíamos entender, los imaginamos lejanos o con lenguajes inaccesibles. El hecho es que los autores que han logrado traspasar la línea del tiempo y las fronteras del espacio lo lograron por la buena factura de sus letras y por su capacidad de comunicarse. Si logramos vencer las resistencias que mala educación literaria alguna vez nos impuso, estamos en el mejor terreno para disfrutar de presas que antes ni siquiera podíamos imaginar.
Cartones de Madrid, reeditado en estos días tanto por Hiperión como por el Fondo de Cultura Económica, es uno de los libros más sabrosos de Alfonso Reyes, lo decimos así, con esa palabra crujiente y deliciosa, que se derrite de sólo pronunciarla; se trata de las impresiones de un mexicano en sus primeros años de exilio, no de aquellos que luchan a diestra y siniestra contra la amargura, sino de aquel que no ha perdido la esperanza de volver y en tanto zarpa a su retorno, se apodera con alegría y gusto de todo cuanto lo rodea.
Los cartones son aquellos dibujos que luego pasaban a las escenas populares en la Fábrica de Tapices de Aranjuez; son esas gigantescas viñetas de Goya como «El entierro de la Sardina»que atrapan el gusto y el color del Madrid popular que, si uno se empeña, puede encontrarlo todavía en las calles centrales de esa magnífica ciudad.
Seguramente, si no ha leído a Alfonso Reyes, y no sabe cuánto debería lamentarlo, este sea un buen inicio, acercarse a él por la vena más simpática, a veces hilarante pero siempre precisa, de lo que escribió para una de las ciudades que más amó en su vida.
De la experiencia lectora, una mirada a los clásicos de nuestra lengua; coincidiendo con el aniversario de Miguel de Cervantes, uno de los primeros libros escritos en lengua española: La lozana andaluza, escrita por Francisco Delicado, unos treinta años antes que la Celestina.
Para quitarse los prejuicios que pesan sobre las obras clásicas, esta pequeña joya del idioma es un tratado sobre la prostitución en la Roma renacentista. Clasificaciones de las putas y de sus clientes y secuaces, escenas que lejos de ser procaces son de una picaresca maravillosa.
Celebremos nuestro idioma que da para estos menesteres y para otros pues, como decía don Alfonso Reyes, «para las cosas de la razón la lengua es bastante».
Tratándose de un libro de dominio público, puede consultarlo íntegro en una buena edición en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes:
En 1976 Vicente Escrivá realizó una versión cinematográfica, esta producción ítalo española no brilla por su realización, pero si que es un hito en la liberación temática posterior a la sombra larga del franquismo, aquí un fragmento:
Para los que seguimos adorando fetichista y amorosamente los libros de papel, sin duda la mejor edición en el mercado es la de Castalia:
Aller au delà de nos limites à travers le monde. J'en suis capable, pourquoi pas toi? Pourquoi pas nous? Ensemble nous sommes invincibles "Je suis femme and i can".